“No tengo mayor gozo que éste: oír que mis hijos andan en la verdad” 3 Juan 1:4

Querido padre o madre, recuerde que nadie nos enseña a ser padres, lo hacemos por ensayo y error, por eso en esta segunda parte queremos hablarles de otro tipo o estilo de crianza que es muy negativa, que ejercen algunos padres y madres sobre todo cuando trabajan, este es el permisivo, o dejar hacer o dejar pasar.

Los padres que ejercen este estilo de crianza se distinguen principalmente por su ausencia pues, aunque estén físicamente, es como si no lo estuvieran. Le delegan a sus hijos las responsabilidades que les corresponden a ellos como padres, piensan que estos deben saber como guiar su propia vida.

Son padres muy ocupados en sus propias aspiraciones, necesidades y deseos, estos llenan toda su vida por lo que descuidan a sus hijos. Establecen muy pocas reglas y si los hijos no las cumplen, lo dejan pasar sin consecuencias. Ceden el control y la autoridad a los hijos sin importar la edad que tengan.

Este tipo de padres no guía, no corrige, ni enseña a sus hijos a distinguir el comportamiento bueno del malo, pues no tienen una expectativa de cómo debe ser el comportamiento adecuado de sus hijos en la vida.

Este estilo de crianza, en muchos de los casos es realizado por padres débiles, llenos de culpa por dejar solos a sus hijos para ir a trabajar, o bien, por padres que tienen un problema de personalidad, lo que los lleva a pensar que tienen que darle todo a sus hijos, de lo contrario se sentirán malos padres.

En la Biblia encontramos el caso del sacerdote Eli, que era permisivo con sus hijos, y Dios le castiga.

Este estilo de crianza forma hijos que no saben hasta donde llegar con sus acciones, no tienen límites, y no comprenden qué es realmente lo bueno para su vida.  Son personas que no aprenden a obedecer reglas ni normas para un comportamiento adecuado socialmente.

También, muchos de ellos pueden presentar conductas de violencia por tener una ira fuera de control, o pueden caer en conductas de riesgo como las adicciones, pues no tienen control de sus vidas debido a que nunca tuvieron disciplina, la cual ayuda a tener control propio.

Por lo general estos hijos se convierten en personas sin conciencia de esfuerzo, ya que creen que les deben todo, y no se esfuerzan para lograr las cosas.

También, pueden presentar problemas de autoestima. Usualmente tienen actitudes prepotentes y no tienen conciencia de sus errores porque creen que la culpa es de los demás.

Además, su conducta puede presentar ideas de proyectos sin sentido, muy ilusorios y sin resultados. Por lo general estas personas pasan la vida dependiendo de otros, nunca se destacan en lo que hacen, ya que no son responsables y no se puede confiar en ellos.

Estimados padres, los hijos necesitan disciplina y esto requiere invertir tiempo en ellos, de esta manera aprenderán a responsabilizarse de ellos mismos y a cumplir con sus obligaciones.

Que Dios les ayude en todo lo que emprendan hoy.

Descarga este documento en pdf:  EL ESTILO DE CRIANZA SEGUNDA PARTE.

Dr. Miguel e Irene Garita
Ministerio Cuidado Familiar
Iglesia del Nazareno, Región Mesoamérica