7 Grandes Barreras para el Crecimiento de la Iglesia

Por Dan Reiland

Uno de los temas principales en la iglesia local en los últimos 30 años y más, aborda la pregunta: «¿Cómo hago crecer mi iglesia?»

¿Cómo podemos abrirnos paso para alcanzar a más personas para Jesús?

Las palabras cambian, pero el tema sigue siendo el mismo. Hace años, las llamábamos barreras de crecimiento, y ahora la pregunta suena más como «¿Cómo me desbloqueo? ¿Cómo podemos desbloquearnos para alcanzar a más personas?

Hubo una década en la que pasamos del crecimiento de la iglesia a la salud de la iglesia, y eso está bien, pero siempre volvemos al crecimiento. Jesús nos ordenó alcanzar el mundo.

– ¿Cómo discipulamos a nuestras congregaciones en el desarrollo de su fe para que la iglesia se fortalezca? Y en esa fuerza, alcanzar a más gente.

– ¿Cómo nos convertimos en la sal y la luz que necesitamos y queremos ser?

No hay nada nuevo bajo el sol, ¿verdad? Pero depende de nosotros mantenernos frescos, relevantes e innovar nuestra forma de avanzar por el bien del Reino.

En este contexto, he aquí algunas reflexiones prácticas para hoy.

Siete Grandes Barreras:
(con ideas para crecer)

1) Fe debilitada
Es posible que los líderes de la iglesia dejen de creer. No me refiero a la fe en Jesús, sino a la posibilidad de que un pastor, un miembro del personal o un líder clave pierdan la fe en que su iglesia alguna vez funcionará. ¿Cómo ocurre esto?

Es muy común que un líder pierda el ánimo y caiga en el desánimo. ¡Ésta es la estrategia del enemigo!  El desánimo es el caldo de cultivo para la complacencia y el mantenimiento. Como líder, es posible permanecer fiel, pero sin fuego.

Entonces se pierde la visión. Ya sea el pastor principal, un miembro del personal de niños, o un líder de grupos pequeños, etc., cuando el líder pierde la visión, no pasa mucho tiempo antes de que el crecimiento se desacelere o se detenga.

Si está desanimado, luche por su fe. Luche por volver a creer. Pase algún tiempo con alguien que crea en usted. Tome prestada su fe en usted. Reflexione sobre cuando creyó en usted mismo, y recuerde que Dios está con usted.

Es Su Iglesia, es Su idea, y lo que usted está haciendo importa.

2) El ministerio por encima de la estrategia
Aquellos de nosotros que lideramos en la iglesia local estamos en ella para ver el cambio de vida de las personas a las que servimos. Por lo tanto, servir a la gente para su crecimiento espiritual es una prioridad, es lo que hacemos. Pero hacer ministerio por el bien del ministerio puede ser una colosal pérdida de tiempo si no es estratégico.

La meta del ministerio no es estar ocupado; es realizar una productividad del Reino que resulte en vidas cambiadas para la eternidad. Durante demasiados años he visto a pastores de iglesias, personal y líderes voluntarios agotarse a sí mismos con pocos resultados.

La selección de sus ministerios debe ser estratégica, no aleatoria. Sus ministerios deben ser sencillos y a propósito, no simplemente al capricho de las ideas de nadie. La alineación como equipo es esencial.

El ministerio es su corazón y su pasión, pero una estrategia es lo que hace realidad su sueño. (Y sabemos que la estrategia sin el poder de Dios no funciona).

3) Enfoque interno
El enfoque interno es como una sutil trampa para osos. Por supuesto, no hay nada sutil en una trampa para osos, excepto que está escondida. No es obvia. Pero cuando usted se da cuenta de que está atrapado en una, entonces sabe que está en un gran problema.

Ninguna iglesia comienza enfocada hacia adentro. Una iglesia se vuelve hacia adentro a partir de algo bueno que salió mal. Comunidad, amor, cuidado, discipulado, familia, etc., todas estas son cosas grandiosas y parte del cuerpo saludable y funcional de Cristo. Hasta que esencialmente, se convierten en el único enfoque de la iglesia.

El resultado es que el evangelismo se cae, la programación se convierte en todo lo que los cristianos quieren para sí mismos, y el servicio de adoración comienza a atender sólo a los que están en el cuerpo de Cristo.

Lo aterrador es que todas las iglesias van en esa dirección. Todas las iglesias se desvían hacia adentro sin el esfuerzo intencional de mantener un enfoque hacia afuera en aquellos que están lejos de Dios. No es fácil, pero es así de simple.

Los líderes de la iglesia deben estar de acuerdo y alinearse con un ministerio que intencionalmente comprometa tiempo, recursos, esfuerzo y energía para alcanzar a los demás.

4) Los programas por encima de las personas
Los programas por encima de las personas pueden convertirse en una realidad en una iglesia de cualquier tamaño, pero esto tiende a ser una barrera más común en las iglesias más grandes y mega-iglesias. No es intencional, de hecho, proviene de la presión natural de llevar la excelencia a la programación.

La excelencia del programa ministerial es importante, pero no podemos dejar que desplace el amor y el cuidado por las personas.

El programa por encima de las personas se manifiesta en pequeñas cosas que son importantes. Tales como llamadas telefónicas que no son devueltas, se hace difícil ser voluntario, y los sistemas para los siguientes pasos son complicados.

No existe una solución perfecta. Es imposible que iglesias muy grandes dediquen grandes cantidades de tiempo a todo el mundo. Sin embargo, lo más importante que podemos hacer es ofrecer una atención individualizada y genuina a todos los que podamos. Eso ayuda a encender la cultura para que esta actitud de cuidado tenga una forma de continuar entre la gente.

5) Perder relevancia
El cambio es esencial. El mensaje de Jesús nunca cambia, pero nuestros métodos, estilo y enfoque deben adaptarse siempre a las necesidades de la cultura actual.

En casos más extremos, cuando se entra en un entorno eclesiástico anticuado, es como entrar en un túnel del tiempo. Esto hace que los que la visitan se pregunten si el liderazgo entiende cómo navegar en la cultura actual.

Nunca ha habido un momento de mayor necesidad de innovación en la iglesia. Desde las oportunidades digitales hasta los nuevos enfoques en la plantación de iglesias, las posibilidades son enormes a medida que discernimos con precisión la cultura actual.

Hable con personas que no asisten a la iglesia y proponga nuevas ideas. Podría tratarse de la tecnología, el servicio de culto, el ministerio infantil, etc. ¿Qué hay que hacer para seguir siendo sal y luz en su comunidad?

6) Líderes subdesarrollados
Sin más y mejores líderes, su iglesia no puede seguir creciendo.

Si su visión es grande y audaz, se requieren más líderes para ayudar a realizar esa visión. Estos líderes necesitan ser desarrollados y capacitados.

Sus líderes necesitan formación continua, desarrollo y estímulo para seguir aumentando su potencial, así como permanecer alineados con la visión de la iglesia.

7) Jesús queda al margen de todo el ajetreo
A nivel teológico, es imposible que Jesús quede al margen de alguna manera.

Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él. Él es anterior a todas las cosas, que por medio de él forman un todo coherente. Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de la resurrección, para ser en todo el primero. Colosenses 1:15-18

Sin embargo, es cierto que una iglesia puede llegar a estar tan ocupada con personas, procesos, programas, problemas, etc., que Jesús deja de ser la cabeza reconocida del cuerpo y la supremacía establecida. Cuando esto sucede, ciertamente sin intención, perdemos el poder del Espíritu Santo que es necesario para el verdadero cambio espiritual y el subsiguiente crecimiento.

¡Jesús siempre debe ser levantado!

Copyright © 2023 Dan Reiland

Traducido por: Elizabeth Guevara Cabrera.