“Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos. Más bien edúquenlos y denles enseñanzas cristianas”. Efesios 6:4 NVI.

La etapa de la adolescencia por lo general es complicada y turbulenta. Los cambios hormonales y psicosociales que sufren los niños al entrar a esta nueva etapa son muchos, y suceden de forma rápida e inesperada, esto no permite un ajuste dentro del hogar, lo que genera muchos conflictos familiares.

El problema estriba en que el adolescente entra en una nueva etapa de manera inesperada y abrupta. De pronto ve un mundo que lo atrae y este influencia su manera de pensar y actuar, unido a esto hay un despertar hormonal que lo confunde.

Todo esto sucede como preparación para la edad adulta, pero confunde tanto al adolescente como a sus padres, quienes muchas veces en lugar de tratar de entender lo que está pasando su hijo o hija, reaccionan tratando de controlar la situación imponiendo su autoridad, esto despierta rebeldía en el adolescente, lo cual sólo hace más grande el problema.

Si usted está pasando por esto acá le compartimos algunos consejos para ayudarle:

  1. Decida enfrentar esta etapa consciente e intencionalmente, es decir decida enfrentar la situación de manera firme, pero con una disposición de resolver y entender empáticamente a sus hijos. Esto le dará una actitud más tranquila para resolver, sin perder o dañar a sus hijos.
  2. Mantenga a toda costa la comunicación abierta para oír, entender y comprender al adolescente. Santiago 1:19 dice: “listo para oír, lento para hablar y más lento para enojarse”. Debes oír intencionalmente, sin perjuicios de que usted manda, trate de ponerse en su lugar, eso le dará mejor forma de responder.
  3. Recuerde que un día usted también fue adolescente, aunque no se acuerde muy bien, también cometió grandes errores, tuvo necesidad de independencia, pasó por la crisis de identidad, y también experimentó querer explorar cosas nuevas. Todo eso era parte de su vida, y posiblemente fue hace muchos años, pero trate de recordarlo y piense que es la misma crisis por la que su hijo o hija atraviesa, de esa manera usted podrá entenderlo mejor sin enojarse tanto.
  4. Respete principalmente estas tres áreas: a. Sus necesidades, aunque no las entienda. b. Sus opiniones y sentimientos. c. Su forma de vestir, siempre y cuando no vaya contra la moral.
  5. Tenga un texto bíblico clave que relacione con sus hijos, repítalo todos los días, escríbalo donde pueda verlo con facilidad. La Palabra tiene poder para cambiar.
  6. Tenga paciencia. Sepa que esta etapa al igual que otras, pasará. Tanto usted como su hijo necesitan escuchar la voz de Dios, y creer que Él los ayudará.
  7. Hable claramente con su hijo o hija de lo que usted espera de él; de sus calificaciones, de las drogas, sus conductas, etc. Conozca a sus amigos y esté pendiente de qué hacen.

Por último, mantenga la fe y pídale sabiduría a Dios para que le ayude a ser un buen padre en esta etapa.

Que Dios le ayude en todo lo que emprenda hoy.

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Dr. Miguel e Irene Garita
Ministerio Cuidado Familiar
Iglesia del Nazareno, Región Mesoamérica