3 Maneras de Ayudar a los Jóvenes de Hoy a Mantenerse Optimistas, Curiosos y Comprometidos

Los sorprendentes resultados de una reciente encuesta de Barna sobre la Generación Z revelan medidas útiles que pueden tomar los adultos.

ASHLEY EKMAY.

En la actualidad, muchos artículos y estudios describen a la Generación Z como una generación sumida en la incertidumbre, la duda, el cinismo y el aislamiento. Pero el último estudio de Barna, The Open Generation (La generación abierta), ofrece una imagen diferente que los líderes debemos tomarnos en serio. En pocas palabras: los adolescentes de hoy están abiertos a las experiencias, albergan el deseo de cambiar el mundo que les rodea y tienen una visión de un futuro más esperanzador.

Todas estas cosas pueden contrarrestar la desalentadora realidad en la que se encuentran muchos adultos; después de todo, vivimos en una época de incertidumbre económica y política y todavía nos estamos recuperando del impacto de una pandemia mundial de dos años de duración. El miedo no es ajeno a muchos de nosotros.

Este es también el mundo en el que crecen los adolescentes. Dicho esto, lo que descubrimos en Barna cuando encuestamos a casi 25.000 adolescentes de entre 13 y 17 años de todo el mundo es bastante sorprendente: A pesar del clima social y de los retos actuales, hay un trasfondo de optimismo, apertura y compromiso entre la Generación Z. Existe lo que podríamos llamar una «ligereza de ser» que mantiene a los adolescentes de hoy curiosos y deseosos de ver cambios en nuestro mundo.

Son muy buenas noticias en un mundo a menudo sombrío. Veamos dos realidades de los adolescentes de hoy y, a continuación, las formas en que los que somos mayores podemos ayudar a nutrir y fomentar la bondad en ellos.

Los adolescentes de hoy son optimistas y confiados.
El estudio de la Generación Abierta analizó el clima emocional de los adolescentes de todo el mundo hoy en día, y lo que encontramos fue asombroso:

● El 78% se siente profundamente cuidado por quienes le rodean siempre o habitualmente
● El 77% dice que alguien cree en ellos siempre o normalmente
● El 68% se siente seguro de quién es siempre o normalmente
● El 63% es optimista sobre el futuro, siempre o normalmente.

Todas estas son noticias alentadoras. Pero lo que también descubrimos es que estos sentimientos no existen de forma aislada. Los adolescentes que tienen comunidad y conexiones con los que les rodean son mucho más propensos a informar de estos sentimientos. Los adultos de confianza y un sistema de apoyo sólido son muy importantes en la formación de niños seguros, esperanzados y curiosos.

El Clima Emocional de una Generación Abierta.
Un sentimiento de optimismo, confianza y comunidad es común entre los adolescentes de hoy.

El estudio de la Generación Abierta muestra una fuerte correlación entre tener comunidad y conexiones y estar más abiertos a Jesús y a la Biblia y a abordar las injusticias en el mundo. Estar arraigado en la comunidad y las relaciones también se correlaciona con una mayor probabilidad de que los adolescentes no sólo estén abiertos a ellas, sino que también se comprometan profundamente con ellas más adelante.

Sin embargo, los adolescentes de hoy no son ingenuos ni están libres de preocupaciones.

No podemos hacernos una idea demasiado optimista de cómo piensan y sienten los adolescentes de hoy. De hecho, los datos del estudio nos dicen que los adolescentes de hoy no son inmunes a lo que sufren los adultos:

● El 49% se siente ansioso ante decisiones importantes siempre o habitualmente.
● El 46% tiene la necesidad de ser perfecto siempre o habitualmente
● El 48% se siente inseguro sobre el futuro siempre o habitualmente
● El 23% se siente solo o aislado de los demás siempre o habitualmente

Estas cifras no son sorprendentes, dados los retos actuales a los que se enfrentan tanto los adolescentes como los adultos a nivel sistémico y personal.

Los adultos de confianza pueden cultivar la «ligereza» en los adolescentes de hoy.
Sí, la ansiedad, la incertidumbre y la soledad siguen presentes en esta generación emergente, pero los adolescentes que experimentan estos retos en medio de una comunidad afectuosa y duradera pueden estar más preparados para superarlos, y esta apertura, optimismo y compromiso arrojan una luz alentadora sobre su potencial para hacerlo.

Entonces, ¿cómo pueden los adultos de hoy alimentar y cultivar la «ligereza de ser» en los adolescentes, incluso cuando los jóvenes se vuelven más conscientes de las presiones del crecimiento y de las realidades del mundo? Permítanme sugerir tres maneras de avanzar:

En primer lugar, fomentar la comunidad.
Los datos de Barna han demostrado una y otra vez que volcarse en la vida de los jóvenes desempeña un papel clave en su formación. En el estudio La Generación Abierta, esta historia emerge una vez más. A medida que aumenta la satisfacción de los adolescentes con su comunidad, también lo hace la probabilidad de que digan que son optimistas sobre el futuro, seguros de quiénes son y satisfechos con sus elecciones vitales. Estos adolescentes son también los menos propensos a decir que nunca se sienten «inseguros sobre el futuro», «temerosos de fracasar» o «solos y aislados de los demás».

Los adolescentes con una comunidad y una conexión fuertes son también los más propensos a decir que es «muy cierto» que son importantes para los demás, se sienten bien consigo mismos, son comprendidos por sus padres o tutores y son cuidados por los demás. Estos adolescentes también muestran una salud emocional que no tienen las generaciones que les preceden. ¿Cómo sería que los adultos se comprometieran e invirtieran intencionadamente en la vida de los jóvenes y fomentaran el tipo de comunidad en la que los adolescentes de hoy pueden florecer?

En segundo lugar, cultivar el compromiso y el aprecio por la Biblia.
Cuanto más se involucren los adolescentes en su vida y en comunidad con los adultos, más comprometidos estarán con la Biblia. Además, cuanto más comprometidos estén con la Biblia, más probable es que se sientan esperanzados y optimistas sobre el futuro del mundo y que puedan tener un impacto positivo en el mundo. ¿Cómo podrían los adultos ayudar a los adolescentes de hoy a ver cómo la Palabra de Dios no sólo les da esperanza a ellos, sino también a un mundo que anhelan ver transformado?

En tercer lugar, contar la historia de Jesús.
El Evangelio encierra un hermoso mensaje, único entre todas las demás creencias. Es la historia de un Dios que se hizo hombre para mostrar al mundo que los amaba más que a Su propia vida.

Ese mismo Jesús habló de la importancia de la juventud, del valor de la inocencia y la seriedad juveniles, y de la importancia de los adultos de confianza en la vida de los jóvenes.

Una de las mejores cosas que los adultos pueden hacer cuando están en comunidad con los adolescentes es contarles la historia de Jesús y de su amor permanente por ellos y por el mundo. ¿Cómo sería si la historia del amor de Jesús por los adolescentes de hoy fuera siempre la que los adultos cuentan y comparten con los jóvenes?

A medida que los adolescentes de hoy se conviertan en adultos jóvenes, se enfrentarán a más realidades que pesarán sobre su ligereza y disminuirán el optimismo, el compromiso y la curiosidad que caracterizan su juventud. Los pastores, los padres y todos los que desempeñamos un papel en la vida de estos jóvenes debemos hacer todo lo posible para crear entornos en los que florezcan y se conviertan en hijos de Dios sanos y felices, que no sólo se sientan capacitados para cambiar el mundo, sino que lleguen a conseguirlo. A medida que esto ocurra, estos mismos adultos se convertirán en anclas para los jóvenes de hoy cuando se enfrenten a las malas rachas que les esperan, inquebrantables en su capacidad de ver el mundo con ojos frescos y esperanzados.

Ashley Ekmay es especialista en investigación del Grupo Barna.

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Traducido por: Elizabeth Guevara Cabrera.