Donde cada puntada lleva propósito y cada encuentro fortalece la fe.

Cada jueves por la tarde, una Iglesia del Nazareno en Panamá se convierte en un espacio de consuelo, crecimiento y restauración para mujeres que enfrentan desafíos personales, familiares y sociales. A través del taller “Cosiendo Esperanza”, la comunidad ha hallado un canal de bendición en medio de una zona marcada por la violencia y la inseguridad.

Un taller que va más allá de la costura

El proyecto inició en enero de 2025, impulsado por la Rev. Paola Morales y el Rev. Rolando Flores, pastor principal. El objetivo: ofrecer una herramienta para el desarrollo integral a mujeres sin ingresos, mientras se comparte la Palabra de Dios de manera creativa y práctica.

Cada semana, las participantes reciben formación en costura básica, finanzas, autoestima, emprendedurismo y atención psicológica. Las clases siempre inician con un devocional, fortaleciendo su fe y creando un ambiente de confianza, donde se construye comunidad entre risas, oraciones y lágrimas compartidas.

Historias que reflejan transformación

Muchas de las asistentes conviven con enfermedades crónicas en el hogar, y no salen mucho de sus casas pues viven con miedo debido a la violencia que se vive en las calles de su comunidad. Pero en medio de esas realidades, sus historias de vida están siendo renovadas.

“Amo ver cómo Dios ha ido trabajando en la vida de estas mujeres que llegaron llenas de miedo. Aquí reímos, nos desahogamos, lloramos juntas, oramos juntas, aprendemos juntas, y cosemos esperanza juntas,” expresó la pastora Paola Morales, directora del taller.

Matilde Camarena, de 65 años, testifica:
“El taller me ha ayudado a fortalecer mi vida espiritual. También dejo de pensar en mis problemas y me entretengo bastante. He logrado cosas que jamás pensé que iba a lograr a mi edad.”

Karina Estrada, de 42 años, agregó:
“Vine sin saber nada de costura ni de máquina de coser. El estrés y la ansiedad han sido parte de mí por mucho tiempo, pero ahora con los devocionales he fortalecido mi fe. Sé que con Dios soy más que vencedora y tengo un propósito.” 
Hoy, Karina participa activamente en los servicios, cultos y programas para mujeres de la iglesia.

Resultados que impactan dentro y fuera

Una de las mayores alegrías del equipo es ver cómo aquellas mujeres que al principio temían usar la máquina de coser, ahora buscan con entusiasmo su lugar para trabajar en sus proyectos. Y los frutos no han tardado en llegar: el 80% de las participantes ya está vendiendo sus creaciones.

Entre los productos comercializados hay delantales, bolsos varios, separadores de libros y servicios de arreglos básicos de ropa. Algunas ya reciben pedidos frecuentes, especialmente de delantales y bolsos.

Una visión que inspira a otros

El impacto del proyecto ha trascendido a quienes asisten cada semana. Marlen Soria, coordinadora regional de Mesokids, comparte su experiencia al visitar el taller:
 “Cada oportunidad que Dios me da de visitar el proyecto ‘Cosiendo Esperanza’ significa para mí precisamente eso, ¡esperanza! Salgo con el corazón lleno de agradecimiento hacia Dios por inspirarme por medio de mujeres valientes que no se detienen ante ningún reto.”

“Cosiendo Esperanza me hace soñar con una iglesia que se une a ver la necesidad de su comunidad y busca formas de traer el Reino de Dios a la Tierra. Pues creo que de eso se trata, de traer Su Reino a la Tierra y poder así dar amor y esperanza a quienes están a punto de perderla. Mi oración es para que más iglesias se unan y busquen oportunidades de servir a sus comunidades, mostrando así el amor de Cristo a través de nosotros…”

Mirando hacia adelante

El taller actual culminará en noviembre de 2025 con una ceremonia de graduación del primer grupo de costura básica, donde se presentarán algunos de los productos realizados. La iglesia ya está orando y planificando para abrir un nuevo grupo de principiantes en enero de 2026. Además, se tiene proyectado ofrecer un taller especial para adolescentes durante las vacaciones de enero.

“El deseo de nuestro corazón es que cada iglesia pueda replicar este programa, para que más personas puedan conocer a Jesús,” afirmó la directora del programa Rev. Paola Morales.

Una iglesia comprometida con su comunidad

En un contexto social difícil, la iglesia en dicha comunidad sigue reflejando el amor de Cristo, ofreciendo espacios de sanidad, restauración y fe para quienes más lo necesitan. “Cosiendo Esperanza” es un ejemplo vivo de cómo el evangelio puede ser hilo que une corazones y transforma realidades.

Fuente:Rev. Paola Morales Mc Quiddy