Por Dan Reiland –

La próxima generación es el futuro de la Iglesia, especialmente nuestros jóvenes líderes. Cuanto más podamos invertir en el desarrollo de líderes jóvenes, mayor será el potencial y el futuro de la iglesia.

Me encanta que los líderes jóvenes tengan muchas preguntas. Están ansiosos por aprender y servir a los demás. Y, como todos nosotros, crecen en competencia, capacidad y responsabilidad para marcar la diferencia en la vida de las personas.

Una de las preguntas que suelen hacerse los líderes jóvenes es cómo ganarse un puesto en la estimada «mesa de liderazgo», donde se establece la dirección y se toman las decisiones. ¿Cómo responder a esa pregunta?

Un buen punto de partida es otra pregunta. ¿Por qué los líderes jóvenes parecen eludir este deseado puesto? Por supuesto, algunos líderes ascienden más rápido que otros, pero no siempre se trata sólo de talento. De hecho, algunos de los líderes más dotados y capaces se quedan estancados.

¿Por qué algunos jóvenes líderes con talento no avanzan?

Si usted es un líder joven, ascender en influencia no sólo tiene que ver con lo bueno que es, sino también con cómo demuestra su influencia y expresa sus deseos. Se trata de quién es usted y cómo sirve.

Eso significa que, además de habilidad, también se trata de autoconciencia, actitud, pasión, empuje, humildad y adaptabilidad. Estos atributos pueden parecer más subjetivos, pero la verdad es que son fáciles de ver para los demás.

En las iglesias más pequeñas puede haber sólo una mesa de liderazgo, en las iglesias más grandes habrá muchas, pero, en cualquier caso, siempre hay un número finito de asientos. La verdad alentadora es que nunca hay escasez de oportunidades para influir en los demás hacia su mejor versión espiritual y por el bien del Reino de Dios.

En resumen – Usted no necesita un asiento para empezar a servir.

1 Timoteo 3:1 dice. . . si alguno desea ser obispo, a noble función aspira. (NVI)

Me encanta como lo dice El Mensaje (The Message): «Si alguien quiere ejercer el liderazgo en la iglesia, ¡bien!».

El resto del pasaje, sin embargo, aborda las calificaciones del líder. Excepto por la capacidad de enseñar, ¡ninguna es una calificación! Ninguna se refiere a la pura competencia y talento. Las calificaciones se refieren al carácter, la reputación, la conducta, la actitud, la emoción, el autoliderazgo, el ego, la sinceridad y las relaciones.

Todo eso tiene que ver con quién es usted, lo que tiene un efecto en cómo usted sirve y lidera.

La verdadera pregunta es la siguiente. Como líder joven, ¿está dispuesto a pagar el precio para calificar? Si su respuesta es afirmativa, ¿seguirá dentro si aprende que esto no se puede lograr en un corto espacio de tiempo?

Lea esto otra vez… Joven líder, lleva tiempo ascender en su liderazgo. Mi consejo para usted es que disfrute del proceso de crecer como líder. Disfrute liderando, construya lo que se le ha confiado y con el tiempo se le confiará más.

Consejos a los jóvenes líderes:

1. Haga todo lo posible por elegir un entorno saludable antes que el trabajo perfecto.
Conseguir el trabajo de sus sueños nada más salir de la universidad o de una residencia es una tentación arriesgada. El entorno que elija es más importante que conseguir el puesto perfecto en el equipo.

En otras palabras, elija el equipo adecuado con la cultura adecuada, y el trabajo perfecto le encontrará a usted.

Como líder joven, seleccione un entorno eclesiástico que tenga:
– Una visión clara y vibrante ¿Existe un sentido de dirección y movimiento?
– Una cultura de personal saludable – ¿Son evidentes la confianza, la honestidad y las expectativas claras?
– Un compromiso con el desarrollo – ¿Invertirán en su crecimiento personal y de liderazgo?
– Una espiritualidad auténtica – ¿Es obvio que aman a Jesús y se centran en el crecimiento espiritual?
– Un sentido del humor – ¿Tienen un espíritu desenfadado, se ríen con facilidad y no se toman a sí mismos demasiado en serio?

Usted puede editar y agregar esta lista. No pretende ser una lista exhaustiva, pero le ayudará a empezar en la dirección correcta. NOTA: Le recomiendo que sea breve y se limite a lo esencial.

2. Concentre su energía en ser útil más que en estar en la mesa.
Si el deseo de su corazón de servir y añadir valor es mayor que el de estar en una mesa concreta con una posición determinada, su influencia aumentará y, con el tiempo, se presentarán mayores oportunidades de liderazgo. Si no es donde sirve actualmente, alguien en algún lugar se dará cuenta.

Siempre hay un hueco, en algún lugar, para jóvenes líderes brillantes y capaces, jóvenes líderes dispuestos a aprender, crecer, trabajar duro y añadir valor en lugar de asumir un puesto en la mesa.

Es importante recordar que no se requiere un cargo o título oficial para ejercer una influencia significativa. *Servir de verdad a los demás aporta una auténtica autoridad espiritual por sí solo. A partir de ahí, cuando la competencia se combina con el carácter y una buena actitud, un lugar en la mesa estará disponible en el momento adecuado.

3. Demuestre competencia en el área que ha sido elegido para liderar.
Lo primero es lo primero. Siéntase bien por el hecho de que, de entre todos los candidatos, le hayan seleccionado para formar parte del equipo. Ahora concéntrese en preocuparse de verdad por la gente y sobresalir en lo que se le ha pedido que haga.

Sea realmente bueno en su trabajo actual antes de buscar el siguiente puesto. Aprenda su oficio, crezca como líder y conviértase en la persona a la que todos quieren en su equipo.

Sus resultados deberían hablar por sí solos hasta el punto de que nunca tenga que llamar la atención de nadie sobre lo duro que trabaja. Seamos sinceros: el esfuerzo no es el mejor atributo de un líder. Todo el mundo cree que ellos trabajan duro; lo que importa es lo que conseguimos.

Es mejor encontrar un buen entrenador de liderazgo en un entorno saludable que encontrar un trabajo de alto nivel con un asiento en la gran mesa.

Un buen entrenador le ayudará a ver las cosas desde una perspectiva a largo plazo. Él o ella aportará sabiduría que ofrecerá éxito a largo plazo por encima de ganar una recompensa rápida.

4. Espere a que le inviten en lugar de forzar su entrada.
Si usted es un joven líder avispado con aspiraciones de aumentar su influencia y marcar una gran diferencia, es difícil esperar. Lo comprendo perfectamente. Pero para llegar a ser bueno en su trabajo, (como ya se ha dicho) también es importante disfrutar de su trabajo. Nunca he conocido a nadie realmente bueno, con un puesto de influencia en algún lugar de la organización, a quien no le guste su trabajo. (O que se muestre indiferente ante su trabajo).

Disfrutar de su trabajo le ayuda a esperar por la invitación.
Esperar una invitación para dirigir requiere más paciencia y madurez, pero también aporta alegría. La alegría no sólo le recompensa con satisfacción interior, sino que es contagiosa y atrae a otros hacia usted. Al final usted recibe aquello que había soñado y sin necesidad de insistir para entrar.

Conocer sus verdaderos dones y talentos lleva tiempo. Pruebe cosas diferentes, practique distintas habilidades. Usted hace un cortocircuito a su futuro cuando se centra en ascender rápidamente y conseguir un sitio en la mesa, en lugar de dedicar tiempo a aprender dónde le ha dotado Dios y qué quiere Él que usted haga.

Oro a Dios para que le conceda paz, guía y bendición en su camino hacia el liderazgo.

Derechos de autor © 2024 Dan Reiland

Traducido por: Elizabeth Guevara Cabrera