por Dave Ferguson y Warren Bird –
Una herramienta sencilla para el aprendizaje de seguidores de Cristo que pueden enseñar a otros.
Me pregunto si por reverencia a Jesús por ser divino, a veces descartamos Sus prácticas de hacer discípulos y pensamos: Bueno, eso es porque es Jesús; Él es Dios. Por supuesto que es el mejor formador de personas del universo. Así que admiramos cómo Él fue mentor de otros que salieron y cambiaron el mundo, pero descartamos que sólo sea posible para alguien que es Dios encarnado. Yo lo he hecho.
El apóstol Pablo no cometió ese error. Escuchó la visión de Jesús sobre el reino de Dios, sobre cómo podemos hacerlo realidad, y reclutó a un joven aprendiz llamado Timoteo (Hechos 16: 1-3). Me encanta que Pablo escogiera a Timoteo, porque Timoteo era un joven que no tenía una vida perfecta, y eso lo hace muy identificable. El padre de Timoteo no estaba; o era un padre ausente o había abandonado a Timoteo y a su madre por completo. Las Escrituras describen a Timoteo como tímido (1 Cor. 16:10-11). Era muy aprensivo sobre si su vida podría tener algún impacto.
Pero Pablo lo agarra e incluso le escribe cómo van a cambiar el mundo juntos: «Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros» (2 Tim. 2:2).
¿Cuántas generaciones de aprendices ves en ese versículo? Pablo está diciendo, en efecto: «Timoteo, no te conformes con ser un seguidor de Cristo; piensa en los demás, en el resto del mundo. Sé que te cuesta pensar en el impacto, ¡pero quiero que pienses en el impacto exponencial! Vivamos nuestras vidas de manera que impactemos al menos a cuatro generaciones».
– Aprendizaje de la primera generación: De Jesús a Pablo
– Aprendizaje de la segunda generación: De Pablo a Timoteo
– Aprendizaje de la tercera generación: De Timoteo a «gente de confianza»
– Aprendizaje de la cuarta generación: De personas de confianza» a «otros»
Este versículo nos llama a ser mentores de discípulos multiplicadores de la cuarta generación. ¡Eso es impacto exponencial!
Pablo le estaba explicando a Timoteo (y a nosotros) que si queremos ver discípulos hechos en todas las naciones -un movimiento de multiplicación del reino- sucederá a través del aprendizaje. El aprendizaje es la competencia central de cualquier movimiento de Dios.
Lo que Pablo descubrió es la diferencia entre impacto e impacto exponencial. Si somos guiados por el Espíritu y estamos comprometidos con la misión, nuestras vidas pueden tener un impacto. Pero cuando añadimos la reproducción e incluso la multiplicación a través del aprendizaje, es cuando el impacto exponencial es posible. Es entonces cuando empezamos a ver un movimiento de creadores de héroes.
Una Herramienta Sencilla para el Aprendizaje
Si la meta de Pablo de desarrollar cuatro generaciones de aprendices parece inalcanzable para usted y su iglesia, entonces tengo buenas noticias para usted. No lo es. Este objetivo es muy factible si usted y su iglesia siguen cinco sencillos pasos.
Eric Metcalf es un multiplicador de discípulos, y ha utilizado los cinco pasos del aprendizaje con otros líderes tan a menudo como cualquier otra persona que conozco. Eric no rehúye un buen desafío. El último grupo pequeño que dirigió regularmente atrajo a 16 personas, y fue un desafío. Algunos eran sólidos seguidores de Cristo; la mayoría no. Algunos eran solteros, otros vivían juntos y otros estaban casados. Algunos se divertían mucho. Y algunos eran nuevos creyentes, incluyendo una persona de origen musulmán, otro de origen judío (y una novia católica), y otro prácticamente sin formación religiosa.
Usted podrá imaginar las animadas discusiones y los temas de estilo de vida representados en aquella reunión y concluir: «¡Creo que un pastor necesita dirigir un grupo así!». Eric es el pastor de una de las sedes de La Iglesia Cristiana de la Comunidad (Community Christian Church) en la zona norte de Chicago. Él y su esposa, Erin, disfrutan especialmente de ese grupo, pero Eric sabía que tenía una vocación mayor que la de liderar él solo este grupo tan diverso. Desde el primer día, estuvo orando sobre qué miembro (o miembros) podría entrenar como aprendiz para hacerse cargo de este grupo o liderar un nuevo grupo.
«Oigan, tengo una idea y quiero comentársela», dijo Eric al grupo. Luego continuó: «Para que nuestro grupo llegue a más gente, voy a pedirles a algunos de ustedes que consideren la posibilidad de pasar a un papel de aprendiz de liderazgo y reunirse conmigo semanalmente. Podemos quedar para tomar un café o lo que sea, pero durante ese tiempo los ayudaré a llegar al punto en el que tengan confianza y sean capaces de liderar un grupo.» Grace, una de las seguidoras de Cristo, le dijo a Eric: «Realmente veo la necesidad de llevar a algunas de las mujeres del grupo a una mayor responsabilidad entre ellas. Creo que puedo ayudarlas a hacerlo, si me dejas dirigirlas». A Eric le encantó la idea, y ella se convirtió en su primera aprendiz.
Eric utilizó con Grace la misma sencilla herramienta de aprendizaje de cinco pasos que había utilizado con docenas de otros líderes a lo largo de los años para ayudarles a crecer en su liderazgo. Durante los ocho meses siguientes, Eric y Grace utilizaron estos cinco pasos como guía para llevarla hasta el punto de liderar su propio grupo. Así es como podría haberse desarrollado:
1. Yo hago. Tú observas. Hablamos. Como líder experimentado, Eric dirige el grupo y le dice a Grace: «Tú sólo observa todo lo que sucede en nuestro pequeño grupo, y luego encontraremos un momento para reunirnos y discutir lo que observaste». Antes de la siguiente reunión del pequeño grupo, Eric y Grace hacen un debate, y este incluye las siguientes preguntas: «¿Qué funcionó?» «¿Qué no funcionó?» y “¿Cómo podemos mejorar?”. Este tiempo para el debate debe continuar a lo largo de los cinco pasos.
2. Yo hago. Tú ayudas. Hablamos. En este paso del desarrollo, Eric da a su aprendiz, Grace, la oportunidad de ayudar a dirigir parte de la reunión del pequeño grupo. En este caso, Eric le preguntó a Grace: «¿Podrías dirigir el momento de romper el hielo al principio si yo dirijo el resto?». Grace aceptó. Una vez más, la reunión del pequeño grupo debe ir seguida de un debate individual entre el líder y el aprendiz.
3. Tú haces. Yo ayudo. Hablamos. Ahora Grace pasa de ayudar a Eric a asumir la mayor parte de las responsabilidades de liderazgo del pequeño grupo. Como Eric ha tenido una semana excepcionalmente ocupada, aprovecha la oportunidad para preguntarle a Grace: «¿Podrías dirigir la mayor parte de la reunión esta semana? Si lo haces, yo me encargaré de romper el hielo al principio y del tiempo de oración al final, además estaré allí contigo todo el tiempo». Grace acepta, y como ya lo ha visto dirigir el grupo muchas veces, se siente muy cómoda y lo hace estupendamente. Eric va cediendo responsabilidades poco a poco a su nueva líder en desarrollo.
4. Tú haces. Yo observo. Hablamos. El proceso de aprendizaje de Grace está a punto de completarse, ya que cada vez tiene más confianza en su papel de líder. Cada semana, Eric le pide que dirija toda la reunión mientras él la observa y le asigna la responsabilidad de encontrar un proyecto de servicio para el grupo. En el tiempo de debate, Eric le dice: «Creo que estás preparada para el liderazgo; ¿crees que tú también lo estás?». Con una sonrisa, Grace responde: «Creo que estoy preparada». Con ambos, líder y aprendiz, sintiéndose preparados para el siguiente paso, comienzan a planificar si Grace se hará cargo del grupo o liderará un nuevo grupo, y qué liderará Eric a continuación.
5. Tú lo haces. Otra persona observa. Aquí es donde el proceso de multiplicación cierra el círculo. Eric dice: «¡Grace, lo has hecho muy bien! ¿Has empezado a pensar con quién puedes ser mentora y repetir este proceso?». Grace dice: «Ya tengo dos personas que han expresado su interés, y me reuniré con una esta semana». Grace, la antigua aprendiz, es ahora la líder, y empieza a desarrollar nuevos aprendices. Dado que Eric ha desarrollado y liberado a varios aprendices, sigue trabajando con Grace y otros líderes en calidad de entrenador.
Los cinco pasos del aprendizaje son así de sencillos. Si usted utiliza constantemente estos cinco pasos, podrá desarrollar a otros líderes que ya sabrán cómo desarrollar a otros líderes.
Un Mundo de Multiplicadores de Discípulos en una Generación
En un discurso de graduación, el Almirante William McRaven provocó a los graduados de la Universidad de Texas con esta exhortación: «Si cada uno de ustedes cambiara la vida de sólo 10 personas, y cada una de esas personas pudiera cambiar la vida de otras 10 personas -sólo 10- entonces en seis generaciones esta clase habrá cambiado la vida de toda la población del mundo, ocho mil millones de personas».
Las palabras del almirante son un gran reto, no sólo para los graduados universitarios, ¡sino para mí, para usted y para la iglesia! Para cambiar el mundo, no sólo necesitamos cambiar a las personas, sino también movilizar a esas personas como agentes de cambio. Dado que la iglesia es mucho más grande que esa clase de graduados, ya tenemos un buen comienzo. También tenemos al Espíritu Santo en nosotros, y el Dios del universo quiere que suceda. ¡Podemos hacerlo!
Dave Ferguson es el presidente de Exponencial y el pastor principal de la Iglesia Cristiana de la Comunidad (Community Christian Church) en Chicago.
Warren Bird es uno de los principales investigadores y escritores de la Red de Liderazgo (Leadership Network) y cuenta con más de 10 años de experiencia en el personal de la iglesia y en la enseñanza en seminarios. Vive con su esposa en las afueras de Nueva York.
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Traducido por: Elizabeth Guevara Cabrera